Una fotografía realizada en el año 1929 por el artista polifacético Mariano Fortuny y Madrazo desde uno de los muchos Miradores de Sacromonte, descubría a Granada, como ese “Paraíso” en la tierra. El paisaje bajo el telón de fondo y el manto blanco de la Sierra Nevada, junto al marco perfecto de la Vega y el legado a modo de edificaciones exquisitas que desde tiempos inmemoriales dejaron pasadas civilizaciones, formaban los elementos fundamentales y característicos del lugar. Granada es sin duda una ciudad que se mira a ella misma y a la vez atrae el exterior a ella, formando un conjunto único donde el ciudadano se convierte en un minúsculo espectador de la mejor de las instantáneas.

Los miradores de Granada han sido fundamentales para la Ciudad. Creados la mayoría de las veces como puntos defensivos (San Miguel Alto o la Silla del Moro) para evitar la furtiva entrada de enemigos, forman junto a otros espacios urbanos mimados por los granadinos y granadinas y los naturales surgidos de forma más aleatoria, una red tejida a modo de caminos que conectan diferentes puntos de la ciudad, un mosaico de preciosas perspectivas. Un tesoro que permite perdernos para luego encontrarnos.

La belleza de Granada viene dada por múltiples factores geográficos, históricos, arquitectónicos y patrimoniales que la convierten en un espacio de especial singularidad debido en primer lugar a su emplazamiento privilegiado, en las estribaciones de Sierra Nevada y su encuentro con la llanura de la Vega. Este atractivo innato, al que se suman las diversas aportaciones de las sociedades que a lo largo de la historia han ido construyendo la ciudad, ha sido y es reconocida por pintores, grabadores, ilustradores, fotógrafos, cronistas y poetas de todas las épocas. Desde los relatos andalusíes hasta la actualidad, el paisaje de Granada ha estado presente en las diversas manifestaciones artísticas atribuyéndosele siempre un lugar preponderante y de especial relevancia como lugar de inspiración, de belleza y de placer. Granada en su conjunto sorprende, cautiva y enamora a sus ciudadanos y a todo aquel que la visita.

El llamativo valor de la ciudad, puesto en relevancia por numerosos viajeros y personalidades que la han conocido, se ha extendido a lo largo de los siglos. Desde la propia dinastía Nazarí con sus Sultanes o los poetas de la corte como Ibn Zamrak, que escribían en las paredes de la Alhambra los mejores poemas sobre Granada, pasando por los Reyes Católicos que convirtieron la ciudad en la mejor de las residencias o los Austrias que siempre la añoraron con alevosía, para posteriormente ser visitada por pintores y escritores románticos que dejaron la mayoría de referencias evocadoras que se conocen. En los últimos siglos la ciudad ha sido testigo de un trasiego constante de personalidades universales como Manuel de Falla o Federico García Lorca, que al igual que sus predecesores se han quedado embelesados con su aura y su paisaje, y que ha contribuido indudablemente a que tenga la fama y renombre internacional que ahora conocemos.

Pero para intentar abarcar y racionalizar los recorridos y las visitas estos puntos emblemáticos de Granada, se ha dividido la urbe en tres grandes áreas salpicadas de miradores: El Albaicín y el Sacromonte, el entorno de la Alhambra y el barrio del Realejo y los miradores periféricos de la Granada contemporánea, serán los amplios espacios sobre los que se extienden las rutas de “Mírame. Red de Miradores de Granada”. Así se pretende renovar ese flujo por las perspectivas más bellas de la ciudad, algunas bien conocidas como San Nicolás, el Carril de la Lona, San Miguel Alto o la Abadía del Sacromonte, pero destacando también otras que quizá no lo son tanto, como la Cuesta de los Chinos, el mirador de la Lola, los miradores del Cementerio de San José o los que se extienden por la Granada contemporánea como los miradores de Cartuja, el puente de Renfe o el de CajaGranada Fundación.

Un tejido de itinerarios que va apelar a todos nuestros sentidos, no solo a la vista, sino también al olfato y al gusto con rutas gastronómicas y de compras que nos traerán productos de Granada y provincia saboreando el paisaje a cada bocado, mientras en otros distintos personajes de la historia de Granada nos sumergirán en un viaje en el tiempo tan evocador como didáctico.

En definitiva, “Mírame. Red de miradores de Granada”, nos incitará a viajar, imaginar y soñar el paisaje de Granada, así que… imagina una ciudad y mil paisajes, imagina todos los momentos del día y de la noche, imagina la luz delineando la arquitectura, imagina perspectivas nunca vistas donde la mirada invade todos los sentidos y el tiempo se detiene… deja de imaginar: “Mírame Red de Miradores de Granada”.